jueves, 28 de abril de 2011

Mi libreta


Alberto Castrejón Reyes
¿Cómo estás?, no me contestes, en cuadrícula o en raya, días comunes como éste, hablamos hasta tarde de lo que pasó en el día, con toda confianza, sin mentiras, sin experimentar monotonía. Mejor, lo nombro rutina: cada hora, los minutos, los segundos, van al margen de mi vida. Una hoja le da vida a los sentidos y a la tinta. La gramática y las rimas no necesitan nada más del estudio, del esfuerzo y del trabajo, sino de la realidad que miras pasar, del desahogo a la pasión que no ven otros. Me expreso ante la gente con fervor y no con odio. No hay tiempo fijo para cada escrito. Aprendí de lo difícil del entorno de la vida, me repito. Ortografía le dará forma y calidad a cada letra, escribir será el sonido, y en mi mente: una respuesta. Escribir en ti es conocerme y no perder la fe, eres muda y de papel, sin embargo, perteneces a mi piel. En algunas ocasiones te manchaste de café y no te arranqué. Aún te conservo. Estaba enamorado: es poesía en mi cuaderno. Prefiero ser distinto, sin dejar de ser el mismo que se concentra al cien por ciento, sólo cuando está contigo. Agradezco tu paciencia que me otorga la destreza, de expresar rencor, dolor, amor, perdón. La solución será el momento que me encuentre, prometo no dejarte y llevarte hasta la muerte… hasta la muerte.
     –Sabes Migue, estoy un poco confundido.
     – ¿Confundido? ¿Por qué?
     –Lo que pasa es que ayer tuve una plática con mi vieja libreta, estuve analizando escrito por escrito; me puso a reflexionar, te soy sincero, no lo niego. Ella me dijo:
     –Me llenaste con letras de odio y ego.
     –Y tú, ¿qué hubieras hecho? –le cuestioné–. Ponte en mi lugar. Me defendí de la gente empeñada en atacar. ¡Aceptaste ser mi aliada y hoy me vienes a reclamar! Los escritos están hechos, no los puedo cambiar. Entiende, únicamente busco expresar lo que siento, plasmar sobre tus hojas lo que pienso en el momento. Bolígrafos han muerto desangrados en tus brazos. Juntos hemos combatido a muchas personas que nada más quieren hacer daño. Siempre estás a mi lado si inspirado me levanto, conoces mi sonrisa, mis tristezas y mi llanto. Sabes que eres importante en mi tan confusa vida, si me encierro en mis problemas, siempre encuentras la salida. ¿Qué prefieres?, ¿ser la cura para cerrar mis heridas o que escriba sobre ti, letras llenas de mentiras?; si un amigo no me escucha, si una mujer me es infiel, ¡déjame desahogarme sobre tu cuerpo de papel! Es un placer muy grande, ¡por favor no me lo quites!, en ti plasmo lo que siento y lo que soy, ¡no me limites!
     –Me lastimas, cambia un poco, sé consciente, ¡te lo ruego! –ella me suplicó.
     –No puedo, éste es mi estilo, y a cambiarlo yo me niego, así me conociste, empezamos desde cero, sin mí tú no tienes vida, pero yo sin ti… me muero.
     Hoy en día no busco en mis libretas buenas calificaciones, lo que busco son buenas letras, que cautiven a la gente y toquen sus corazones. Aunque muchos han pensado que soy el peor de los males, empresarios y diputados, desnudos somos iguales. Escribir sobre amor no puedo, cuando niños son violados, cuando hay padres que golpean, drogados y alcoholizados. Escritos con libertad, es una decisión más sabia, ¡permíteme que con tinta, pueda descargar mi rabia!

No hay comentarios:

Publicar un comentario