lunes, 25 de abril de 2011

Aunque te quiero, no me convienes


Yazmín Rodríguez Lira
Qué vueltas da la vida… Ahora, después de estos años, ¿dices que te hago falta? ¿Y yo qué puedo responder?
     ¿Sabes?, el conocerte me salvó de ese pantano en el que me hundía, la luz de tu sonrisa y la magia de tu amor me hicieron despertar, convirtiéndose en motivos sutiles de mi vida, experimentar esa sensación de frenesí al estar cerca de ti y percibir tu aroma era tan excitante y dulce…
     Pero las omisiones son traiciones y eran demasiadas, tanto que esa carga se hizo tan pesada de llevar sobre tus hombros, que sin darte cuenta las verdades no dichas se te escaparon en el camino, yo las recogí y fue doloroso descubrirlas, como un golpe en la cara que me dejó aturdida por un tiempo.
     No obstante, debo confesarlo, fui tan feliz aquellos años… Te amaba por lo que significabas en mi vida, por la persona que eras; pero tus inquietudes, tus sueños frustrados, el conseguir lo que la vida te negó, hizo que en algún momento sin darnos cuenta nos perdiéramos y que esa conexión jamás se recobrara.
     Hoy me recuperé por completo, en este proceso pude desprenderme de lo que me recordaba a ti y tenía que hacerlo poco a poco, porque, lo reconozco, hasta el aire que respiraba tenía tu aroma, no pasaba un segundo sin que te recordara, pero al fin ya no siento necesidad de verte, de buscarte o de hallar explicaciones de por qué te fuiste… me siento libre.
     A pesar de todo, debes saber que sólo me quedé con lo mejor en mi corazón, no albergo ningún sentimiento de rencor hacia ti, te perdoné porque eres, a pesar de todo, parte importante de mi vida y de mi crecimiento emocional, gracias por amarme, también contigo aprendí muchas cosas.
     Gracias por compartir tu vida conmigo, que la mía, ha seguido adelante: tengo un buen trabajo que me permite pasar tiempo con mis amigas y mi familia, he realizado algunos viajecitos que bien han valido la pena porque me permitieron conocer personas maravillosas que hoy comparten conmigo este tramo del camino de mi vida, por eso, ¡estoy feliz!
     Cuando tomaste la decisión de irte, me dijiste que un día te lo iba a agradecer… ¡Tenías razón!, hoy agradezco tu ausencia aunque al principio me dolió tanto, conozco la verdad de tus motivos, por eso no te culpo, sin embargo, por todo lo vivido, hoy puedo decirte sin titubear, que aunque te quiero, no, no me convienes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario