domingo, 17 de julio de 2011

Posdata: para mi gran amor…




Karina Viveros Bahena
¡¡¡Ring, ring, ring!!!                                                                                                    
     –Bueno, ¿quién habla? –Me apresuré a contestar el teléfono, sin imaginar la grata sorpresa que estaba por recibir.
     – ¡Hola!, soy Marcos. ¿Puedes salir de tu casa un momento? ¡Estoy aquí afuera! –Escuché entonces su voz y, sin pronunciar palabra, corrí a su encuentro. Al abrir la puerta, él repentinamente puso en mis manos una tarjeta, mientras me decía:
     –Ten, te la regalo. Consérvala y aprecia todo lo que está escrito en ella, expresado con mis más sinceros pensamientos sobre lo que significas para mí. ¡Te quiero mucho!
     Después de leerla, comprobé que esa bonita tarjeta realizada por él y escrita con su puño y letra, sería un objeto que yo valoraría para toda la vida.
     Hace más de un año que recibí ese regalo, el cual conservo en un lugar muy especial de mi habitación y en mi corazón. “Para mi gran amor”, es el título de mi tarjeta. Tiene varias características que la hacen peculiar; su estilo, el diseño y la textura. Por eso es diferente a todas las que me han regalado anteriormente; amigos, familiares, maestros, en fin, la gente que en verdad atesora mi cariño. Sin embargo, lo más importante de mi tarjeta favorita es su contenido, porque quien la hizo para mí, expresa en ella sus más nobles sentimientos, con total honestidad.
     Recordando cada párrafo, cada línea, cada palabra, me siento feliz. Sin duda, aquel 6 de abril de 2010 viví algo nuevo y maravilloso, que marcó mi vida por completo. Un momento muy importante, que jamás se comparará con algún otro.
     Lo que está escrito en mi tarjeta, son palabras que siempre llevo conmigo:

“Te amo, porque juntos hemos vivido momentos inolvidables, logros y satisfacciones que hacen que las cosas difíciles se queden atrás y las alegrías sean más grandes.
Te amo, porque a pesar de encontrar obstáculos en nuestro camino, juntos hemos sabido superarlos; y, aunque a veces nuestros sueños no sean los mismos, vamos siempre de la mano luchando por nuestra mutua felicidad.
Te amo porque me haces sentir en la cima del mundo, sin miedo de caer. Te amo por saber darme lo que más necesito; la caricia anhelada, el consejo preciso y el aliento para seguir siempre adelante.
Te amo desde el primer momento que te conocí; desde entonces, el camino recorrido me ha unido a ti, tanto…
¡Que ya no imagino la vida sin tu presencia, Karina!”

      Quien tuvo conmigo ese singular detalle, logró despertar una gran emoción en mí.
     Estoy muy agradecida contigo, Marcos, porque ahora te llevo por siempre en mis pensamientos. Gracias, mi amor, por aceptarme tal como soy;  por haber descubierto la belleza de mi corazón. Somos el uno para el otro y nada nos podrá separar. Éstas son las palabras que ahora yo te digo desde lo más profundo de mi ser, y que expresan lo que en verdad siento.
     Sé que cada tarjeta que ha llegado a mis manos, es diferente e incomparable; sin embargo,  aquella que finaliza con las palabras, “Posdata: para mi gran amor”; ésa con la que me sorprendiste aquel día, quedará resguardada por siempre en el baúl de mis más hermosos recuerdos.