domingo, 4 de septiembre de 2011

Lo que me enseñaron mis padres


Luis Lozano Ortiz
Después de mucho tiempo de no hacer una pausa en mi vertiginosa vida, hoy tengo la posibilidad de salirme de mis actividades que aparentemente y para la gente son normales, aunque dicho sea de paso yo no las llamaría así; y reflexionar sobre algo que quizá para algunos sea agradable y para otros no tanto: ¿Qué me enseñaron mis padres?
     A los 47 años contestar esto se me hace difícil, y no por ignorarlo, sino por la posibilidad de no registrar en el papel, algo que a la postre sea valioso para mi vida, sin embargo vale la pena el intento.
     Fui un hijo deseado por mis padres; lo que se desea se logra; primera y máxima enseñanza recibida. No solicites ayuda, a menos que en verdad la necesites; parece que escucho la voz de mi padre.
     Atiende siempre a las personas y no hagas lo que no desees para ti, era la charla de sobremesa, que sin haber ido a un curso de humanismo, mis progenitores me reafirmaban constantemente.
     La vida es muy difícil y nunca vivas con espejismos, esto me hacía entender la realidad en que vivíamos y no obsesionarme por cosas que nunca llegarían. Filosofía plena ¿no crees?
     La vida da enseñanzas a diario, aprende de ella; esta aportación es de las que más recuerdo, pues creo que en cada experiencia que vivo, asimilo que no me alcanzará la vida  para aprender.
     Los hijos son personas que piensan y sienten, nunca castigues para corregir; hoy tengo dos razones reales para afirmar que es cierto.
     La tarea no termina aquí, el pensamiento reflexivo necesita compartirse y debo robarle tiempo al tiempo para conocerme mejor. Esto continuará. Estoy seguro.

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